Más allá de las impresionantes posibilidades gráficas de la
consola, lo que realmente diferencia a Vita de la competencia es su
bella pantalla OLED. Colores vivos y profundos negros se unen a una
gestión de movimiento casi perfecta que ninguna pantalla LCD puede
igualar. También es uno de los componentes más caros del hardware de
Vita, así que para reducir el precio del nuevo modelo debía desaparecer.
Con la nueva PCH-2000 vemos que la pantalla OLED deja paso a un panel
LCD IPS, y aunque la densidad de pixeles y la resolución 960x540 se
mantiene, el cambio de tecnología tiene implicaciones en otros aspectos
de la calidad de imagen. La gestión del movimiento es menos
impresionante, con halos visibles en escenas de movimiento rápido y
giros rápidos de cámara, y los colores son menos vivos y con un ratio de
contraste mucho menor.
Los profundos negros de la Vita original parecen ahora más grises
con el panel de la PCH-2000, aunque el pequeño tamaño de la pantalla
enmascara un poquito las diferencias. De hecho, debido a su menor ratio
de contraste y negros más pobres, la pantalla de la PCH-2000 parece más
brillante que la OLED original cuando están configuradas al mismo nivel
de brillo a expensas de cierta falta de profundidad y
tridimensionalidad. El uso de un panel IPS implica que los ángulos de
visión son bastante generosos y la fidelidad del color bastante buena,
aunque con menos saturación los colores no resaltan tanto como en la
bella pantalla de la Vita original.
A continuación podéis ver una comparativa gráfica de la pantalla de
ambas consolas, la original a la izquierda y la PCH-2000 a la derecha.
El uso de un panel LCD en el nuevo modelo produce colores menos vivos,
un ratio de contraste menor y una gestión de movimiento más pobre. Sin
embargo la gran densidad de pixeles permite que la imagen sea clara y
nítida, y el brillo percibido es realmente mayor.
Aunque el uso de un panel LCD no puede igualar el nivel de
rendimiento de la pantalla OLED del anterior modelo de Vita, sí puede
decirse que mantiene el tipo frente a la de algunos smartphones de gama
alta. En este aspecto la pantalla de la PCH-2000 sigue siendo excelente,
por delante de la de las portátiles de la competencia, aunque no
resulte tan cautivadora como la pantalla OLED original.
Pasando a la autonomía de la batería, Sony asegura que el nuevo
modelo PCH-2000 aporta una hora extra de tiempo de juego con una carga
completa si se compara con la Vita original, que ofrecía cerca de cinco
horas según la carga del procesador y el brillo de la pantalla. Durante
nuestras pruebas conseguimos sacar de la PCH-2000 seis horas y nueve
minutos, incluyendo varias sesiones de juego (con Rayman Legends, Need
for Speed: Most Wanted y Assassin's Creed: Liberation), toma de
fotografías y encencidos y apagados (también en reposo) para simular el
uso real. El selector de brillo estaba situado a la mitad, pero aún así
la pantalla iluminaba suficiente como para jugar bien en una habitación
bien iluminada con una ventana.
Por otro lado, los tiempos de carga no han variado, algo que no
debería sorprender si se tiene en cuenta que este aspecto viene limitado
por la velocidad de las tarjetas de memoria donde se almacenan los
juegos y por la RAM disponible. El gigabyte de memoria adicional que
incluye la PCH-2000 se utiliza sólo para almacenamiento, pero la ventaja
aquí es que no necesitas comprar una tarjeta adicional para jugar a
títulos que anteriormente necesitaban una en la Vita original. Dada la
naturaleza cara y propietaria de las tarjetas de Vita este es un paso
lógico por parte de Sony.